El Mundo

Joyce DiDonato (Kansas, 1969) es una de las grandes fuerzas de la naturaleza de la ópera actual. La mezzosoprano es bien conocida por los aficionados debido a su versatilidad y su frescura, tanto en lo vocal como en lo dramático. Unas cualidades que la hacen merecedora del galardón a la Mejor Cantante en los X Premios Líricos Teatro Campoamor, que se entregan este sábado en Oviedo y en los que también se reconocerá a Gregory Kunde, Bryn Terfel, Michel Plasson, Laurent Pelly y Fiorenza Cossotto.

¿Qué significa para usted este premio?

Cada vez que el trabajo de uno es reconocido como algo sobresaliente, en este territorio tan competitivo y potente del talento artístico, es un profundo honor y algo realmente precioso. Tengo una larga relación con España, que se remonta a mi debut europeo, en el Teatro Real, en 2001. Y que se reconozca mi trabajo en España lo es todo para mí:_espero que haga más estrecha mi relación con los maravillosos amantes de la música que sois en este maravilloso país.

Además de estos premios, volverá a España en mayo para dar un recital en el Ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela, programado por el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM). ¿Cómo siente este otro tipo de espectáculos?

Es una de mis actividades favoritas como cantante, porque la oportunidad de conectar de manera íntima y sincera con el público es mucho mayor que la que hay tras el telón de una opulenta produccion de ópera. En los recitales canto aquellas canciones con las que tengo una conexión profunda, que significan mucho para mí, como artista y como persona. La oportunidad de compartirlo con el público en un ambiente tan cercano es electrizante. Y si bien no es tan popular, me gusta el hecho de que quizá es una cita para connoisseurs, donde la gente puede volver a casa pensando: “He sido parte de algo totalmente único y es pecial esta noche”. ¡Ey, no eso no ocurre todos los días!

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